¿Qué es eso del apego?

Últimamente se habla mucho de la crianza con apego. Hasta yo he utilizado la expresión. Pero cada vez que la leo o la digo, me viene a la cabeza una pregunta: ¿Puede haber crianza sin apego? Imposible. Podemos establecer diferentes tipos de apego, algunos incluso perjudiciales, pero el bebé siempre establecerá un vínculo.

Vayamos por partes. ¿Qué es el apego? El apego, según Bowlby (el psicólogo autor de la teoría) es cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado, al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo. Quitando los tecnicismos lo que viene a decir es que el apego es cualquier cosa que haga el bebé para mantener el contacto con su cuidador principal. La función evolutiva del apego es obviamente la protección, seguridad y refugio. Los bebés nacen mucho más necesitados que otros cachorros y por eso necesitan una atención prácticamente 24 horas.

Para un bebé, su figura de apego debería ser una base segura desde la que tener la libertad y seguridad para explorar el mundo y a la vez un puerto seguro al que volver cuando algo no ha ido bien. Pongamos un ejemplo. Una mamá está en el parque con su bebé que ya gatea. El bebé se aleja gateando de la madre, la madre lo mira, lo anima, disfruta con él y le deja hacer. El bebé se aleja gateando hasta que oye ladrar a un perro y se asusta. Esto hace que vuelva corriendo hacia mamá. Mamá lo recibe con besos, abrazos y poniendo palabras a sus sentimientos (el holding, ¿os acordáis?). “Ay, que susto te has dado con el perro, pobrecito”.

Para ser una buena base segura, debemos reunir tres cualidades:

  • Empatía: La capacidad para ponerse en el lugar del otro y percibir como si se fuera el otro pero con la distancia suficiente como para sentir que el problema es del otro y no de uno. Veámoslo con un ejemplo. Es lo que nos pasa cuando vamos por la calle y vemos a alguien que se da con una farola. Decimos algo así como ¡uala! Y podemos imaginar su dolor pero sabemos que no es nuestro.
  • Sensibilidad:Capacidad de captar y entender cuando el bebé nos da señales (aunque sean muy sutiles) de que necesita algo. Como cuando nuestro bebé pone la boquita triste y sabemos que necesita que le cojamos.
  • Disponibilidad: Estar presente cuando el bebé nos necesita para poder satisfacer sus necesidades de forma adecuada.

La mayor o menor presencia de estos elementos determinarán la calidad de apego del bebé y esto condicionará la manera de relacionarse con nosotros y con el resto del mundo.

En el siguiente post veremos qué puede pasar cuando alguno de estos elementos falla y cómo nos relacionamos como adultos según el tipo de apego que establecimos de pequeños.

 

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