Escuchar el llanto

Después de ocho meses de maternidad ya creo que hay pocos dogmas. Pocas normas rígidas o pautas a las que adherirnos. Pero si me decido a hacer este post, es porque creo firmemente en que esta es una de las pocas: No hay que dejar llorar a los bebés.

Processed with VSCO with a4 presetAntes de empezar a contaros porqué y qué consecuencias puede tener, me gustaría aclarar que llorar no es lo mismo que una pequeña queja. Claro que los bebés experimentan pequeñas frustraciones y que les dejemos sentirlas no significa dejarlos llorar. Lo mismo pasa con esos momentos en los que no los podemos atender, son pequeños momentos de frustración inevitables que los bebés aprenden a gestionar. Y otra aclaración es que no dejarlos llorar tampoco significa privarles de ello. Me explico. Ahora Blai, con su nueva faceta de gateador-casi-andador, se cae bastantes veces al suelo durante el día. Y algunas de ellas llora. Mi abuela, lo que intenta siempre es distraerlo de ese sufrimiento con otras cosas: “Mira qué juguete más bonito, quieres un trozo de pan?”. Aunque lo hace con toda la buena intención, para mí, ese es un no dejar llorar mal entendido. Para mí, no dejar llorar también es acompañar el llanto. Acompañar el disgusto. Acompañar y validar la emoción que está sintiendo el bebé en ese momento. Básicamente contener. Es decirle al bebé: ‘Te has caido. Qué susto eh? Y te duele la cabecita? Mira, te has dado con el suelo.’ Poner palabras a las emociones del bebé, validarlas, comprenderlas y sostenerlas. Se parece un poco al holding del que hablábamos en el post sobre las madres suficientemente buenas.

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Aclarado esto, ¿Y porqué no hay que dejar llorar a los bebés?. Pues básicamente, y como dice Carlos González: “Yo no dejaría jamás llorar a mi hijo. Ni a mi esposa, ni a mis padres ni a mis amigos. Cuando una persona a la que quiero llora, voy a ver qué le pasa e intento consolarla”. Creo que es la manera más fácil de entenderlo, porque sean niños no significa que merezcan menos respeto que cualquier persona querida adulta.

Más allá de esto, podemos hablar de las consecuencias que tiene para el cerebro de un bebé: recordemos que los dos primeros años de vida son los que configuran casi toda la red neuronal. Así, el dejar llorar puede tener consecuencias principalmente a dos niveles:

– Patrones de apego: Si queréis saber antes que nada lo que es el apego, podéis visitar este post. Durante los dos primeros años de vida, con todas las relaciones e interacciones que vive el bebé (pero sobretodo a partir de la más importante, la relación con su madre), desarrolla un tipo de apego. Este tipo de apego luego lo trasladará al resto de relaciones que vaya estableciendo durante su vida. Resumiendo y simplificando. Un bebé al que le dejan llorar, probablemente entenderá que eso es lo que hace la gente que te quiere. La gente que te quiere no te atiende cuando lo necesitas, tienes que apañártelas solo. Además, parece que la gente que te quiere no tiene porqué preocuparse por lo que te pasa. Así que cuando este bebé llegue a la adolescencia podría ser que no nos contase sus problemas o que su elección de pareja fuese hacia una persona que no tiene en cuenta sus emociones o necesidades.

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-Indefensión aprendida: Llorar es la manera que tiene el recién nacido y el bebé de expresar malestar. De expresar que algo no va bien, que algo necesita cambiar. No tienen palabras ni pueden casi hacer gestos ni manipular el entorno con las manos. Así que llorar es lo que les queda. Si él llora para expresar que algo no va bien y no le atendemos, el bebé aprenderá a la larga que haga lo que haga nada va a cambiar. Así que se resigna. Esto es lo que pasa cuando dejamos llorar a un bebé durante un rato y finalmente para. Se ha resignado. Si este patrón se mantiene y llega hasta la vida adulta, nos encontramos con una persona que piensa que haga lo que haga nada va a cambiar. No es el lugar aquí para hablar de política (bueno, o quizás si), pero podemos preguntarnos si el éxito del famoso método Estivill (que básicamente consiste en dejar llorar a los bebés hasta que se duermen) o similares podría tener algo que ver con la grandísima abstención de voto actual o el sentimiento general de descontento pero a la vez de impotencia con la situación en España.

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Cuidado, esto no quiere decir que estos métodos no funcionen. Funcionan. Si el objetivo es dejar que el bebé llore para que duerma solo, finalmente lo hará. El conductismo funciona, es así. Todo el adiestramiento canino, por ejemplo, se basa en él. Y funciona. Pero lo que deberíamos preguntarnos es dónde quedan aquí las emociones, y a qué precio estamos “adiestrando” a nuestros bebés.

Como apunte final, me gustaría añadir que hay muchísimas cosas que facilitan este “No dejar llorar”, sobretodo en recién nacidos. En mi caso he encontrado grandes aliados en la lactancia a demanda, el colecho y el porteo. Básicamente teniendo a Blai encima prácticamente estos 8 meses. Y puede parecer intenso, pero son a lo sumo dos años. Y si lo piensas, 2 años son poquísimo tiempo comparado con la vida total de un adulto, pero lo son TODO en la de un bebé.

2 Comentarios

  • Laura

    Gracias por este post. Estoy completamente de acuerdo con lo que cuentas en él. Sólo me siento en la obrigación de hacer una pequeña aportación por una frase que he leído y que creo necesario desmentir, no todo el adiestramiento canino está basado en él conductismo. Por suerte, al igual que en la crianza de los niños, las cosas están cambiando y cada vez hay más profesionales que utilizan técnicas de educación en positivo y que educan en lugar de "adiestrar", tanto a perros de particulares como a perros de trabajo. Lo único que cambia es lenguaje que debemos utilizar para comunicarnos con ellos. El día en que basemos todas nuestras relaciones en el respeto, ya sea a niños, ancianos, perros o cualquier otro ser vivo y entendamos que no somos ni más ni menos que ellos todos podremos vivir en harmonía y dejaremos de hacernos daño los unos a los otros, porque al final todo el conductismo es fruto de eso, del sentimiento de superioridad del ser humano hacia todo lo que lo rodea, incluído sus propios hijos, de la necesidad de controlarlo todo y de que se haga su voluntad sin pensar en las consecuencias para los otros. Por suerte, la conciencia, tanto individual como colectiva está cambiando.

    • Paola Roig

      Hola Laura! Muchas gracias por tu respuesta. Yo tengo dos perros y hemos hecho adiestramiento en positivo (con refuerzo positivo y jamás con castigo) pero aún así es parte del conductismo y el condicionamiento. Si conoces alguna técnica que no incluya estos métodos por favor házmelo saber 🙏🏻

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